A lo largo de la vida personal y profesional nos encontramos vivimos etapas y situaciones complejas. Otras veces son etapas monótonas que las vivimos como hecho natural de nuestros días.
Cuando vivimos etapas especialmente difíciles nos ponemos a vivir dentro de una “esfera”. Miremos donde miremos todo es del mismo color: gris y frío. Es entonces cuando el resultado siempre es el mismo. Sin caminos y con poca esperanza e ilusión. Y es cierto que este es el resultado de la vida dentro de la esfera.
Podemos poner ejemplos para aclarar el concepto:
- Una persona en situación de desempleo envía currículums y en la mayoría de ocasiones no obtiene ninguna respuesta o las respuestas son negativas. Su vivencia se mueve dentro de una esfera donde es difícil ver la salida.
- Relaciones personales dañadas donde no hay comunicación
- Parejas que tienen mala relación y no saben cómo terminarla
- Relaciones profesionales sin confianza
- Exceso de peso
- Sedentarismo
- Poca facturación a la empresa
- Enfermedades o mala salud
- Conflictos sociales
Podríamos encontrar muchos ejemplos y nos daríamos cuenta de que en todos los casos que hemos vivido, vivimos o conocemos, la realidad la convertimos en una esfera. No vemos nada más. Esfera de color gris. Paredes oscuras y altas. Miremos donde miremos no vemos salida.
Y sin darnos cuenta de ello, todos en nuestras vidas incorporamos esferas. Cada uno de nosotros tenemos varias. Y las normalizamos y vivimos momentos y etapas de oscuridad y de desesperanza.
Las esferas normalmente son muy incómodas porque nos llevan a ellas las situaciones negativas y allí nos instalamos. Pero tienen una parte de confort. Un confort que en realidad es muy incómodo, pero es un espacio conocido del cual no sabemos salir.
El liderazgo significa saber identificar la esfera o esferas en la que nos encontramos.
Identificarlas nos abre la puerta a poder salir.
Necesitamos saber ponernos fuera de la esfera y hacer de observadores y darnos cuenta en que el universo es mayor del que hasta el momento habíamos visto.
¿Podemos decir pues que una persona sin trabajo, puede salir de su dura situación “sólo” haciendo este ejercicio?
Pues claramente la respuesta es NO. Pero al salir de ella puede abrir la mirada a buscar otros tipos de trabajo, otros tipos de contactos, otros canales u otras vías.
Seguro que la salida, le permite explorar nuevos caminos que estarán formados por más esperanza. Y seguir un camino, siempre lleva a un nuevo lugar.
Salir de la esfera, sin duda abre oportunidades. Y por si mismo, contribuye a poder salir de la situación. No siempre será posible, pero seguro que nos facilitará más el camino.
Desgraciadamente, hay momentos en la vida, donde la esfera es negra y muy pesada. Son aquellos casos especialmente graves, como pueden ser la enfermedad, la muerte de seres queridos, o la privación de libertad …
También en estos casos, es importante saber salir, -aunque sea por unos instantes-, y tratar de abrir la mirada hacia posibles caminos que, quien sabe si nunca habíamos contemplado, e intentar encontrar otras perspectivas, por difícil que nos pueda parecer. Esto nos permitirá intentar sanar nuestra mente y por tanto nuestro corazón.
Salir de nuestras esferas requiere la voluntad de hacerlo, coraje para intentarlo pero nos guiará hacia nuevos caminos, distintos de los que pocos que nos aporta la esfera gris y fría.
Identifiquemos nuestras esferas. Pongámosles nombre, color y forma. Algunas son muy cotidianas. Otros muy históricas. Pero salir de ellas, nos aportará mucha luz y muchas oportunidades.
Para las situaciones más difíciles y más duras, unos instantes nos podrán aportar nuevos puntos de vista. Y cuando la esfera es negra, una nueva perspectiva, -sirve a momentos- para mejorar el estado del alma.
No olvidemos nunca, que el universo nos ofrece muchas formas, espacios y colores y a veces nosotros somos los creadores de nuestras propias esferas grises y aburridas.
Liderazgo es también eso: saber superar nuestra realidad incómoda y construir nuestro propio mundo de colores, cómodo, vivo y alegre.
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.