Basta de políticos y parapolíticos que siembran odio
Basta de políticos y parapolíticos que siembran odio
La trágica muerte del pequeño Mateo de 11 años en el pueblo de Mocejón (Toledo) mientras jugaba al fútbol con sus amigos es una desgracia inconmensurable. Nada puede devolverle la vida ni aliviar el inmenso dolor de su familia y seres queridos.
Mis sentidas condolencias en estos momentos tan duros.
Sin embargo, es muy destacable la mala actuación de parte de la sociedad ante este suceso tan lamentable. En lugar de mostrar empatía, prudencia y respeto, algunos sectores se apresuraron a señalar y juzgar al supuesto autor antes incluso de que se esclarecieran los hechos. El racismo y los prejuicios camparon a sus anchas en redes sociales y medios.
No, señores y señoras, no podemos permitir que el odio se instale en nuestro día a día. Juzgar y prejuzgar a alguien por su origen, raza o condición es inaceptable e inhumano.
La delincuencia, por desgracia, existe en todas las sociedades y contextos. Nuestro deber es atajar sus causas principales trabajando por la dignidad, la salud mental y la integración de todas las personas.
En este caso tan trágico, la familia del presunto agresor, un joven con problemas de salud mental, también sufre una durísima situación.
Nadie está libre de padecer una enfermedad mental. Lo verdaderamente urgente es activar los mecanismos de apoyo y tratamiento necesarios.
El sinsentido de la muerte de Mateo en Mocejón nunca encontrará justificación alguna. Pero como sociedad madura y cohesionada, nuestra respuesta debe estar guiada por los valores de respeto, prudencia, integración y humanidad.
Solo actuando por valores lograremos prevenir estas terribles tragedias y avanzar hacia una convivencia más justa y pacífica.
Esta reflexión no es buenismo, ni es demagogia. Es cierto que atajar estos hechos y estos comportamientos en las redes es complejo. De alguna forma, una parte de la población está utilizando la tecnología para reforzar lo peor del ser humano.
¿De verdad que algunos políticos quieren sacar rendimiento de estas acciones?
¿Podemos permitir esto?
¿Nos estamos dando cuenta del mal que se está causando a la sociedad con estas acciones?
Todo esto no son solo palabras, son palabras que tienen un impacto directo en la forma de pensar y de actuar de una parte importante de nuestra población.
La solución no pasa ni por la prohibición de las redes sociales, ni por la censura, pasa porque todos entendamos que debemos educar en valores y actuar por valores.
Señores políticos, parte de nuestros políticos, se dedican a fomentar el odio: esto no es de recibo y debemos denunciar la promoción directa o indirecta del odio y, por lo tanto, de los juicios y prejuicios a las personas, sean del origen o condición que sean.
El comportamiento de la familia de Mateo ha sido ejemplar. Desde el primer momento pidieron respeto y prudencia y confianza en los cuerpos de seguridad. Ellos, los familiares, madre y padre de Mateo, con un dolor inimaginable, mostraron sus valores humanos a la sociedad. De ellos debemos aprender. De los otros, debemos gritar que no lo podemos permitir.
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.