Liderazgo en la industria del conocimiento

Liderazgo en la industria del conocimiento
Actualmente cuando hablamos de la evolución de la industria nos referimos a la industria del conocimiento. Sin lugar a dudas el siglo XXI nos acerca hacia este modelo.
Cada vez queda más lejos la industria sucia y la de la maquinaria pesada y especialmente queda alejada la industria contaminante. Hoy, la robótica, la industria 4.0 y la automatización de los procesos son una realidad que se va incorporando a la mayoría de industrias. La tecnología en definitiva ha venido para eliminar los trabajos más pesados y peligrosos e impulsa que las personas tengan que formarse más para realizar trabajos más cualificados, en los que deban aportar más su sabiduria que su fuerza física.
Por tanto las industrias necesitan personal con más conocimiento específico. Estos profesionales los aporta la universidad, la formación profesional y la formación profesional dual.
La agilidad y adecuación de los planes de estudio a las necesidades laborales son una necesidad urgente, aunque cada vez más las carreras universitarias que incorporan las prácticas a las empresas en su currículum. Se conoce poco, pero es algo que ya es una realidad.
La adecuación de la formación profesional es más que urgente y es necesario invertir muchos recursos en los centros de formación para que puedan incorporar el material necesario para simular los procesos industriales de la forma más parecida posibles a lo que se encontrarán en su futuro sitio de trabajo.
En los últimos años queda pendiente la necesidad de realizar un proyecto potente y efectivo de formación continua. Las empresas aportan recursos suficientes a la administración para la formación y la realidad es que se les hace muy difícil poder impartir formación a medida de sus necesidades con los recursos que los devuelven. Éste es uno de los aspectos importantes que la administración debe resolver para las empresas y trabajadores.
Todo esto nos acerca cada día más a la industria del conocimiento, donde el valor de las empresas son los conocimientos de las personas que trabajan en ella.
El conocimiento es un intangible y como tal se debe poder “objetivizar” en las cuentas de resultados. Aún cuesta que los intangibles reciban el respeto y el valor que de verdad tienen. Las máquinas, aunque pueden tener más o menos coste económico, son un conjunto de hierros que se pagan con dinero.
El conocimiento, aunque no puede tocarse con las manos, es lo que es más difícil de adquirir, conservar y expandir. Y es éste el que da el valor a la empresa.
Los directivos y las empresas más maduras y más avanzadas saben del valor de los intangibles.
El fomento del desarrollo de las personas y la apuesta por hacer crecer su conocimiento es el hecho más relevante en las organizaciones actuales.
Todo esto nos lleva al liderazgo de las personas que forman las empresas. Es necesario eso sí, contar también con el liderazgo de sus directivos. Sino, todo es un castillo de naipes que con un mínimo golpe de viento, cae en un instante.
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.