
Es casi una creencia generalizada de que los líderes y la ética no van unidos. ¡Nada más lejos!
Podemos afirmar que no hay liderazgo sin ética. Un líder debe ser ético.
Y a ser líder ético se debe y se puede aprender a serlo.
En demasiadas ocasiones nuestra sociedad, a menudo las personas que llegan lejos socialmente, son los que no tienen mucho cuidado con el impacto que tienen sus actuaciones en los demás.
Nuestros jóvenes reclaman respeto y ética.
Escuchar conversaciones y observar a los jóvenes nos da suficiente información para saber lo poco permisivos que son con la corrupción –empresarial y política-, así como con la falta de respeto a las personas y, por tanto, al conocimiento y al talento que forma las organizaciones.
Hoy los jóvenes eligen empresas con valores, porque las hay, más de lo que pueda parecernos.
Pero… ¿Por qué es tan difícil ser ético y actuar con ética?
- Por educación:
Si creces en un entorno donde la normalidad es llegar a los objetivos con un “todo vale”, este valor no forma parte del ADN. - Por las inseguridades personales:
He hablado muchas veces de ello en este blog y en todos los cursos y conferencias que he dado a lo largo de mi vida.
En función de cómo nos hemos sentido queridos en las primeras edades de nuestra vida, –lo que no es sinónimo de haber sido o no queridos-, por una cuestión genética, por razones de composición neuronal de nuestro cerebro, así como por las nuestras interacciones sociales, las personas somos más o menos inseguras en la edad adulta.
Las inseguridades personales son las responsables de querer llegar a alcanzar los objetivos sin considerar si se llega con honestidad y respeto con las demás personas.
Se es ético cuando se es honesto con uno mismo. No sirve engañarse con excusas y culpabilizando a los demás o al modelo de sociedad en el que vivimos.
Es, pues, una cuestión de tener el coraje de mirarse en el espejo (interno o externo) y atreverse a trabajar para superar unas inseguridades que pervierten nuestro comportamiento.
Es uno de los caminos más difíciles de recorrer. Es más simple llenarnos de razones para salir adelante, engañándonos a nosotros mismos y a los demás.
Algunas veces hemos hablado de la conveniencia o no de que la población vaya de forma generalizada al psicólogo para superar todo este amplio mundo interno e íntimo. Un mundo complejo formado por inseguridades, culpas, creencias, limitaciones…
Cada uno sabrá si necesita del psicólogo, pero ya será suficiente que cada uno de nosotros se sincerara consigo mismo y tratara de trabajar para actuar con ética.
Nuestra sociedad nos lo reclama y nosotros mismos también lo necesitamos.
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.