La tragedia valenciana: ¿profesionales de la política o política con profesionales?
La tragedia valenciana: ¿profesionales de la política o política con profesionales?
Estamos viviendo una de las tragedias más graves que ha sufrido España y Europa. El cambio climático es una evidencia incuestionable, respaldada por datos objetivos elaborados por expertos y científicos. No podemos tolerar a quienes niegan esta realidad.
Atravesamos uno de los períodos con mayor crisis de credibilidad en la política. Y esto no es algo baladí, está totalmente fundamentado. Se ha normalizado la actitud de que “todo vale” para alcanzar el poder. Actualmente, para muchos políticos —no todos—, el objetivo de alcanzar el poder se reduce a tener un trabajo, un chofer y sentirse con reconocimiento social. Todo ello, fruto de su propia mediocridad.
Hemos llegado al punto en el que, en lugar de incorporar a los “mejores profesionales en la política“, los cargos directivos se nutren, “profesionales de la política“. Estos últimos desconocen lo que significa trabajar en una empresa, pagar sueldos a fin de mes, brindar un buen servicio, ser autónomo con dificultades para llegar a fin de mes, actuar como un profesional y cobrar los servicios, innovar, formarse, responder a la demanda y superar a la competencia.
El profesional político ha aprendido a hacer lo necesario para mantenerse en su posición. Es frecuente escuchar frases como: “No me afecta lo que me digan“, “Para mí lo importante es la acción para seguir en mi puesto“, “Yo tengo por objetivo seguir aquí“, “Para mí lo importante es que me voten“, “Tengo las espaldas anchas“. Eso ha llevado a normalizar que todo valga para mantenerse en el poder.
Muchos políticos, al llegar al cargo, nombran directivos y responsables de los diversos ministerios o consejerías a “amigos” de su partido. Todo vale, con excepción de la profesionalidad, la experiencia y el conocimiento. Estos últimos no cuentan en la mayoría de los casos.
Defender la profesionalidad, honradez, ética y experiencia es denostado. Cuando lo defiendo, se me trata como alguien con un discurso teórico, una “soñadora”.
Una forma “educada” de despreciar el conocimiento y el rigor.
Así, hemos llegado a la tragedia que ha ocurrido en la Comunidad Valenciana. Cientos de muertos, desaparecidos, personas sin noticias de familiares y amigos, sepultados bajo el lodo, anegados.
Mientras tanto, los políticos, tres días después, hacen “estrategia” vacía de valores, culpándose unos a otros, intentando erosionar al partido contrario. Todo con el fin de llegar al “poder“. ¿Pero de qué poder hablamos? ¿Del poder para mejorar la vida de los ciudadanos o para mantenerse ellos y sus amigos?
Esta tragedia se explica por la falta de inversión en infraestructuras hidrológicas y la planificación en emergencias por parte de distintos gobiernos. ¿Qué otras prioridades eran más urgentes? Se han destinado partidas millonarias a otros países con fines moralmente cuestionables sin que ello supusiera un problema económico para el país. ¿No podríamos haber destinado una pequeña parte de los presupuestos para evitar o minimizar esta catástrofe?
¿Cuáles son los perfiles de los consejeros, directores y secretarios generales responsables? ¿Sus currículums los avalaban para esa responsabilidad? El día que comenzó la DANA, el secretario autonómico de seguridad y emergencias estaba, aparentemente y según su agenda pública, en una reunión sobre festejos taurinos. ¿Y la consejera? ¿Quién informó tan mal al presidente?
Los hechos objetivos del día 29 de octubre en la Comunidad Valenciana son los siguientes:
7:06 AEMET eleva el alerta nivel rojo. 8:00 el polígono industrial de Chiva ya está inundado. La A3 está colapsada. 8:30 Una veintena de municipios suspenden las clases ya el lunes 28 por la tarde, se suman otros el día 29 por la mañana. Las lluvias ya crean problemas y anegan la A-7. 10:08 h primeros cortes de carreteras. 11:00 h el río Magro ya preocupa a la altura de Carlet. 12:20 h Aviso especial sobre el barranco del Poyo. A las 13:00 h el presidente Mazón interviene y dice que las lluvias remitirán a las 18:00 h y que la tormenta se desplaza hacia Cuenca. 14:02 h La diputación envía alerta meteorológica y envía a casa a sus trabajadores “por motivo de DANA que supone un riesgo meteorológico extremo con riesgo para la población muy alto”. 15:20 h Emergencias establece la situación 2 por lluvias del Plan Especial en Comarca. Utiel queda inundado. 16:30 Se activa la UME en Utiel. 16:46 h Emergencias comunica la convocatoria del Cecopi. 17:00 h se termina de constituir el Cecopi. 17:35 h emergencias, emite un aviso especial por aumento del caudal del río Magro. Comienza la reunión del Cecopi. 19:30. El centro de coordinación de emergencias establece la situación 2 en toda la provincia. 20:11 h. Envío de una alerta masiva a la población.
(Fuente: INFORMACIÓN. Alicante)
Cuando se emite la alerta, la tragedia ya se está produciendo en los distintos pueblos. El agua lo está arrasando o ya lo ha arrasado todo.
¿Alguien debió decirle al presidente que la tormenta se dirigía a Cuenca a las 17 h? ¿Nadie rectificó posteriormente esta información? ¿Nadie informó con rigor al presidente de una comunidad autónoma de lo que estaba viviendo su comunidad? ¿Nadie informó al presidente acerca de las alarmantes indicaciones de la Confederación Hidrográfica acerca del nivel de los barrancos?
¿Cuál es la función de la consejera, los secretarios generales y sectoriales y directores? ¿Alguno de ellos escuchó a los profesionales y a los técnicos?
Ha llegado el momento de pedir a la política que deje la demagogia, la lucha por el poder personal y apueste por seleccionar a los realmente capacitados para las responsabilidades de gobierno. Dejar atrás los nombramientos por amiguismo. No se puede vetar a personas cercanas si son buenas, pero detengamos los nombramientos de ineptos por confianza política.
Tanto se habla de “confianza“, que hace pocos días un político me dijo que eso es sagrado para los nombramientos en el gobierno. ¡Claro, los amigos! Esos amigos que hoy se despiertan con cientos de muertos a sus espaldas mientras hacían demagogia y amiguismo en lugar de prever acontecimientos y prevenir a la población.
Me pregunto si los cargos “de confianza” con sus correspondientes responsabilidades sienten algo o duermen en paz con los cientos de víctimas. Tres días después, la gente sigue sin servicios básicos, con cadáveres en sus casas, con desaparecidos, mientras la UME llega hoy en, cuentagotas. Eso sí, mañana llegarán 500 más, de forma escalonada, con pocos efectivos y con retraso, porque así es la nefasta política actual.
¿Hay algún ciudadano de este país que no considere que deberían haber asignado miles de miembros del ejército y cuerpos de seguridad y emergencias de todos los puntos de España, desde el mismo martes por la tarde-noche? Estoy segura de que los profesionales del ejército, policías, bomberos y protección civil están dispuestos a trabajar 24 h/7 días los 365 días del año. Ellos son realmente vocación de servicio. Entonces, ¿qué ocurre?
No sé si los políticos “de confianza” se ponen en el lugar de los devastados ciudadanos, no sé si sienten. Lo dudo.
Seguiré escribiendo sobre la importancia de ejercer con valores, seriedad y rigor. No sé qué más debe ocurrir para poner este modelo en marcha, pero los ciudadanos lo pedimos, lo necesitamos y lo exigimos.
A eso es lo que yo llamo “liderazgo transformacional o liderazgo por valores”. Somos muchos los profesionales y académicos que hemos escrito sobre ello.
Si después de esta barbarie nada cambia, sabremos que hemos destrozado definitivamente nuestra sociedad. Personalmente, sigo confiando en la ciudadanía y que de entre todos ellos, salgan los buenos profesionales que dirijan el país.
Desde mi corazón, mando mis sinceras condolencias a todos los ciudadanos afectados por la desgracia causa por la DANA.
Foto: Institut obert de Catalunya
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.