Liderazgo transformacional o “directivos tóxicos”
Son muchos los estudios que demuestran cuales son los elementos que determinan la satisfacción de una persona en un puesto de trabajo:
- El ambiente de trabajo, tanto con respecto a los compañeros como a los superiores.
- El plan de carrera. Las personas necesitamos poder progresar en función de nuestra mejora personal, incorporando nuevos conocimientos y nuevas competencias.
- Desarrollar un trabajo de acuerdo con nuestra preparación y nuestros conocimientos.
- El salario de acuerdo con nuestro trabajo, cualificación y responsabilidad
- El sentido del proyecto y de nuestro trabajo. Normalmente las personas pedimos encontrar sentido a lo que hacemos.
El salario se convierte en una cuestión prioritaria cuando es claramente inferior al que corresponde por calificación y tiempo de trabajo.
Si el salario no incumple de forma flagrante las expectativas pasa a ser considerado por los empleados a segundo, tercer o cuarto lugar en las prioridades.
Si se pregunta a los empleados por su grado de satisfacción en los organizaciones, normalmente se considera bajo o muy bajo.
Hay pues encontrar las razones que inciden en el elevado grado de insatisfacción laboral de las personas.
Son varias:
- Falta de definición de criterios
- Falta de equidad por los empleados
- Falta de definición de proyectos
- Falta de definición de objetivos
- Falta de conocimientos de gestión
- Falta de conocimientos de dirección
- Falta de liderazgo de los directivos a los diferentes niveles
Podríamos pues concluir que son muchos los motivos que inciden en la insatisfacción de los empleados de las organizaciones, si bien podemos afirmar que los 4 primeros motivos enumerados tienen relación directa con la falta de liderazgo de los diferentes niveles de mando.
Los directivos que han desarrollado su liderazgo transformacional son capaces de trabajar por valores y por lo tanto tienen claros los objetivos que se quieren alcanzar, los transmiten al equipo, consideran a todas las personas y los hace partícipes de ellos y les ilusionan para conseguirlos.
Lo he dicho en muchos posts de este blog y en muchos cursos y conferencias que he impartido. El liderazgo se puede aprender. Un líder no nace sino que se hace. No se trata pues sólo de estudiar qué es liderazgo, y asistir a cursos de competencias directivas sino que se trata de trabajar el propio liderazgo.
Todos podemos ser líderes y todos tenemos condiciones para serlo. Es cierto que hay que ser valiente para afrontar de cara los problemas y saber gestionar personas e ilusionándolas para alcanzar juntos grandes objetivos. Así también seremos capaces de formarnos en las competencias directivas necesarias.
Las organizaciones tóxicas (las que tienen toxicidad) están dirigidas por personas tóxicas y esto significa que son personas que no tienen en cuenta el capital humano simplemente porque no lo saben ni tratar ni dirigir.
Es frecuente escuchar que los objetivos empresariales, es decir, los económicos- son tan importantes que no dejan espacio para temas “menores” como es el trato cuidadoso y esencialmente respetuoso con las personas que forman la organización. Normalmente el directivo tóxico no lo explicita así aunque indirectamente da a entender que los “resultados” le ocupan todo el tiempo y por lo tanto considera que “los demás” deben adaptarse, sin dedicarles ningún tipo de atención, más allá de la meramente superficial.
El liderazgo transformacional es aquel que acompaña a los directivos a saber dirigir por valores, liderar desde la ética, definir grandes objetivos, implicar a los equipos, potenciar a los mejores, dar espacio a todos, respetar sinceramente, actuar con transparencia y lograr así y en consecuencia ,los mejores resultados. También los económicos.
El reto que tenemos hoy por delante es formar a los directivos de todos los niveles organizacionales en liderazgo transformacional. Sólo así, las empleados se sentirán cómodos en su puesto de trabajo.
Comprometerse con el liderazgo transformacional da miedo. Y da miedo porque en definitiva las personas no tenemos claro si podemos conseguir ser unos buenos líderes. Cuando los directivos sienten miedo se escudan en la importancia de los resultados económicos, como el más importante.
Es el momento de las personas. De los directivos líderes. De los empleados líderes. Es tiempo de trabajo para valores y sólo desde estos valores se pueden lograr resultados verdaderamente exitosos. También los económicos. Y especialmente se obtiene el resultado con más valor: la satisfacción de las personas que forman las organizaciones.
Sólo con personas satisfechas e implicadas, las organizaciones crecen pues ellas son el verdadero capital de la empresa.
Lo intentamos?
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.