Liderazgo transformacional: resuelve la x de la ecuación del sentido del poder
Estas últimas semanas en Cataluña vivimos la negociación para la creación de un nuevo gobierno. No somos los únicos. Otras comunidades autónomas también están inmersos en la carrera electoral y con la presentación de mociones de censura para hacer gobiernos alternativos.
El ruido que escuchamos es ensordecedor.
Quien me conoce sabe que me gusta la política como ciencia y como el arte de hacer acciones que resuelvan los problemas de los ciudadanos. No es necesario decir que me apasiona el desarrollo del liderazgo transformacional. Liderazgo y política captan mi atención. Siempre digo que los cristales de mis gafas tienen un filtro que me permite ver las características existentes o inexistentes del liderazgo.
El objetivo final y principal de los políticos debe ser resolver los problemas reales de la ciudadanía.
Los políticos necesitan votos y en consecuencia estos les dan el poder para gobernar. En democracia las alianzas entre diferentes partidos son normales.
Estas alianzas deben fundamentarse en los valores que sustentan la búsqueda de soluciones efectivas en lo que se refiere a la sanidad, educación, empleo, cultura, igualdad de derechos y seguridad, entre otros.
La x de la ecuación es la siguiente:
Los políticos deben trabajar incansablemente para obtener votos que les legitimen tener el poder del gobierno teniendo como principal objetivo mejorar realmente la vida de las personas.
El ejercicio del poder sin liderazgo transformacional pierde todo el sentido. El verdadero liderazgo no se contabiliza por el número de likes,
El liderazgo transformacional es aquel que se fundamenta en los valores: trabajar y conseguir el bien común, respeto, generosidad y humildad.
La ecuación no se resuelve cuando el objetivo es “ganar como sea” para tener poder. No es el resultado del que gana en una lucha entre contrarios. No debería haber contrarios sino contrincantes.
Es momento para trabajar con valores y hechos como son la cooperación, el acuerdo sincero para encontrar soluciones efectivas y sin perder nunca de vista, que el verdadero objetivo es el bien de los ciudadanos.
No me cansaré de decir que el líder no nace sino que se hace. El liderazgo se aprende y se puede y se debe aprender.
Intentemoslo.
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.