Poner luces largas por encima de la inmediatez, es hacer una mirada responsable.
Nuestra sociedad está focalizada cada día más en la inmediatez. En la acción-reacción.
El consumo es un ejemplo claro.
Las personas buscamos a menudo una respuesta rápida para sentirnos llenos.
¿Cuál de nosotros no ha ido a comprar una camisa, un bolso o un pantalón el día que lo sentimos “gris”?
Las tecnologías en la comunicación favorecen especialmente la velocidad de respuesta.
Las noticias duran poco tiempo. La información es efímera. El día a día vivido con velocidad, nos lleva a querer resultados también inmediatos. De hecho, puestos en este “ecosistema” lo necesitamos.
Queremos respuestas. Queremos soluciones. Queremos disfrutar. Nos hemos vuelto de alguna manera hedonistas por autonomasia. Buscamos el placer. Somos poco resistentes a la frustración.
El liderazgo transformacional mira a medio y a largo plazo.
Para conseguir resultados a acciones que realmente tienen sentido, se necessita tiempo. Y para ello hay que ser pacientes, constantes, resilientes, persistentes y tener el coraje para sostenerlo.
El liderazgo, y en concreto el liderazgo transformacional, es aquel que como bien dice su palabra: “transforma”. Transforma organizaciones, equipos, empresas y en consecuencia la sociedad.
Liderar para obtener resultados importantes, sólo se puede hacer basándose en los valores, y actuar de acuerdo con los valores.
Actuar de acuerdo con los valores, es difícilmente compatible con valorar sólo los resultados inmediatos.
La inmediatez busca “poder”, dinero y reconocimiento social. A menudo detrás de las acciones impulsivas existe la necesidad de “ganar”, lo que… seguramente ya está perdido.
En estos días de pactos post-electorales, -municipales y estatales-, se puede ver perfectamente. La necesidad de ser el “primero”, o de estar en el “poder”, ofusca a menudo la importancia de los resultados obtenidos en las elecciones y en algunos casos toda justificación es válida para encontrar -si les conviene-, las razones que justifiquen su nombramiento inmediato. Esta ofuscación alejar la capacidad de dar respuestas efectivas y reales a los ciudadanos.
La sociedad necesita y pide mirada a medio y largo plazo. La pide a la política, municipal, autonómica, estatal, europea y mundial. Pero también la pide a las empresas, las organizaciones sociales y lo pide a cada uno de nosotros.
En definitiva todos somos sociedad.
Todos estamos en organizaciones de uno u otro tipo y todos hacemos e impactamos de una manera determinada a los demás.
El enriquecimiento inmediato de unos pocos no puede justificar de ninguna manera la destrucción del planeta, tierra, bosques, mares y océanos con los correspondientes seres vivos. Tampoco puede justificar la falta de recursos para una parte importante de la población mundial.
La mirada corta es eso. La inmediatez siempre está ligada al egoísmo más feroz, más vacío y más inhumano.
El liderazgo transformacional implica reflexión y humildad. Significa sobreponer el bien común por encima de los intereses individuales. Incluye el respeto como base de la acción. Significa pensar realmente que la acción de hoy tiene un impacto en el mañana.
Puede parecer que la de hoy, una reflexión teórica, imposible de hacer realidad en la vida cotidiana de todos nosotros.
No lo creo así.
Entiendo que la acción del ahora, del aquí, la del hoy y la del mañana, de cada uno de nosotros tiene un efecto directo en empresas, organizaciones, política, grupos de amigos y familia. Miremos a medio plazo para construir un mundo más justo. Y sólo podemos hacer esta mirada desde los valores.
Sólo una sociedad viable para el futuro es posible si nos ponemos todos y cada uno de nosotros.
Para mí eso es liderazgo transformacional.
Pulsa aquí para conocer más sobre liderazgo transformacional:
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Para algunos, es una utopia.
Para mi es una necesidad.
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.