No sabemos como será la sociedad post-Covid.19. Sólo sabemos lo que es necesario.
No sabemos cómo será la sociedad post-Covidien. Sólo sabemos que es necesario.
Son muchos los visionarios y los que se consideran gurús que se atreven a decir cómo será el mundo después de la pandemia. Hay muchos teóricos que se pronuncian sobre el futuro del ámbito productivo, o sobre cómo serán las relaciones sociales y el modelo de vida que tendremos. Incluso hay quien dice que viviremos un cambio equivalente al que supuso el exterminio de los dinosaurios.
Cómo será el futuro no lo sabe nadie. Ni siquiera cuál es el efecto que la pandemia tendrá en la sociedad y en cada uno de nosotros.
Hay, eso sí, algunas realidades. Los muertos y los enfermos que ha dejado la Covid-19. El distanciamiento social. El masivo cierre de comercios y empresas. El elevado paro. El gran incremento de colectivos con necesidades básicas por cubrir. Las hipotecas y las deudas pendientes de pagar. Y la necesidad de seguir encontrando y teniendo recursos para vivir.
La situación que teníamos antes de la pandemia, ya reclamaba cambios sociales inmediatos:
• Unos muy pocos muy ricos coexistían con muchos millones de pobres y con muchas personas que tenían dificultades para cubrir sus necesidades.
• El medio ambiente había llegado al límite de su agresión. El planeta se está destruyendo por minutos, y con él todos los seres vivos y el aire que respiramos.
• Guerras. Es decir, unos ser humanos, matando a otros seres humanos.
• Refugiados viviendo y muriendo en condiciones dantescas.
• Violencia de género.
• Maltrato animal
• Uso de energías contaminantes y infrautilización de las energías limpias.
• Generación masiva de residuos no reciclables.
• Productos tóxicos en la alimentación
• Sistemas sanitarios, educativos y de seguridad infradotados.
• Menosprecio al conocimiento
• Administraciones sobredimensionadas y en demasiados aspectos ineficaces
• Un sistema político sin conexión con la realidad social. Políticos sin controles de calidad. Sin pruebas de acceso. Sin exigencia en los resultados. Sólo el resultado electoral, siempre resultante de campañas publicitarias, y con resultados demasiadas veces absurdos.
Podríamos continuar la descripción de todos aquellos aspectos que no funcionaban hace dos meses.
Hoy esta lista sigue intacta. Sólo que buena parte de ella se ha acentuado aún más y se han añadido nuevas necesidades básicas.
Así pues son muchos los elementos que se deben cambiar. Y estos no les resolverán las teorías de la física cuántica, ni el cataclismo que ha generado la pandemia por sí mismo.
Sólo podremos afrontar el futuro de una manera acertada con responsabilidad individual y colectiva y esta responsabilidad debe fundamentarse en las acciones por valores.
Humildad. Necesitamos aprender que somos elementos insignificantes en medio del universo. Basta darnos cuenta de que en cualquier momento, la vida se puede acabar. Entonces sabremos exactamente que no tienen sentido los egos, ni la apariencia social ni la necesidad de aleccionar a nadie. Ninguno de nosotros somos lo suficientemente relevantes como para juzgar ni criticar a los demás. Sólo debemos aspirar a comprender a los demás.
Compromiso. Cada uno en nuestra vida podemos hacer o no hacer. Pero si nos comprometemos con cada acción que hacemos y dejamos de pedir que sean los demás que cambien y ser nosotros lo que aportamos, habremos dado un gran paso.
Justicia Social. En nuestro comportamiento diario cabe preguntarse qué podemos hacer para evitar la exclusión social y cómo aportar, con nuestra acción, para evitar que muchas personas tengan vidas indignas. No sólo nuestras acciones deben ir ligadas a ONG, -que está bien por sí mismo hacerlo-, sino que debemos comprometernos con nuestro entorno más próximo.
Respeto. Si entendemos todos el significado del respeto, sabremos qué es respetar a las personas y al medio ambiente. A menudo respetar o a los demás es difícil, pero es el camino más efectivo.
Nadie sabe cómo cambiará la sociedad, ni cómo nos cambiará el mundo. Pero lo que está claro es que si queremos incidir en hacer un mundo mejor, sólo lo podemos hacerlo actuando de acuerdo con los valores. Es lo más difícil del mundo. Pero es el único camino.
No hay teorías capaces de cambiar el mundo.
Sólo nuestra acción individual y colectiva puede hacerlo. Empieza con cada uno de nosotros.
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.