Nuestra sociedad necesita liderazgo

Nuestra sociedad necesita liderazgo
Como he comentado muchas veces, el concepto de liderazgo no es ser importante ni ser relevante socialmente.
Liderazgo significa tener la capacidad para desarrollar las competencias que permitan definir objetivos relevantes, trabajar para alcanzarlos y hacerlo construyendo un equipo fundamentándose en los valores de la honestidad, la ética, el compromiso y el bien común.
Por primera vez nuestros hijos bajarán el nivel de vida y vivirán con una sociedad con menos bienestar que sus padres. Y esto es especialmente preocupante para las futuras generaciones e incluso para nosotros.
Tenemos por delante retos fundamentales y urgentes:
- Salvar el planeta: los recursos naturales se agotan y con ellos la vida.
- Sacar a todas las personas de la pobreza: las del primer mundo pero también los que viven en cada punto de la Tierra. Todas las personas debemos tener una vida digna y todos los seres vivos también.
Actualmente vivimos en una sociedad donde las diferencias de renta entre ricos y pobres se hacen cada vez mayores.
Hoy más que nunca las grandes fortunas son inmensas! Y hoy la pobreza de los trabajadores en activo es una realidad! Sin olvidar la pobreza de quienes no tienen acceso al trabajo.
Nuestra generación hemos educados a nuestros hijos destacando la importancia de formarse para acceder a mejores puestos de trabajo. Tampoco hoy esta regla se cumple. La formación no necesariamente sirve de ascensor social.
Hemos perdido ese tesoro que nos daba la educación!
Ahora encontramos:
- Los ejemplos de reality shows apelando a los bajos fondos emocionales enriquece a aquellos que tienen menos vergüenza.
- Los influencers pueden ganar altas sumas de dinero dando consejos sobre salud y equilibro emocional sin ningún rigor técnico ni científico.
- Algunos tertulianos en medios de comunicación dan mensajes disruptivos o altisonantes para captar la atención de la audiencia.
- Twitter se llena de mensajes irrespetuosos para obtener seguidores.
- Los políticos fomentan el desencuentro y la bronca en lugar de buscar el acuerdo.
- Los políticos olvidan cada día que su ÚNICA función es mejorar la vida de los ciudadanos y se focalizan en sus propios intereses
- La normalización de la falta de rigor!
- …
Podría seguir enumerando otros ejemplos.
Pero ¿qué tienen en común estos hechos: la falta de educación en valores.
Aprender a actuar por valores no es fácil, pero es posible.
Son múltiples los elementos personales que aumentan la dificultad de actuar por valores. Algunos se pueden encontrar en las carencias emocionales en los primeros años de vida, otros en circunstancias que vivimos en la edad adulta e incluso en la genética de cada uno.
Pero todas las personas tenemos la obligación de analizarnos y de superar los elementos limitantes para poder actuar por valores. Lo contrario es dejarnos arrastrar por aquello que vive dentro de nosotros y justificar nuestras acciones “perversas” en qué otros lo hacen o lo hacen peor porqué el mundo es difícil y competitivo. No por favor!
Es tiempo para el desarrollo de liderazgo transformacional que es el que forma para saber actuar por valores.
Todos seguiremos cometiendo errores porqué somos humanos, pero si apostamos para aprender a hacerlo, mejoraremos la sociedad.
Solo así podemos afrontar con éxito el respeto al planeta y a las personas.
Desarrollar nuestro liderazgo es la respuesta. El mundo lo está pidiendo a gritos. Inténtenoslo!
Foto: lago de Greugés. Berguedà. Autor: Núria Aymerich
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.