Pasión. Palabra clave del liderazgo.
En diferentes post he hablado de diferentes competencias del liderazgo.
Nadie nace líder. El líder no nace. El líder se hace.
Las competencias de liderazgo se entrenan y se aprenden.
A menudo estas competencias no son fáciles de aprender para que conectan con temas muy personales.
Desgraciadamente hay muchos directivos al frente de las organizaciones (políticas, empresariales y sociales), que no han desarrollado su liderazgo. Y este es un problema importante para nuestra sociedad.
La disociación entre directivo y líder es el que tiene un impacto negativo para todos.
El verdadero líder es aquel que tiene la capacidad de transformar la organización en la que está y, directa o indirectamente, transforma la sociedad.
Es por este motivo que no me cansaré de destacar la importancia del liderazgo transformacional y de explicar que hay metodología para aprender este tipo de liderazgo.
Puedes leer más sobre elementos de liderazgo pulsando aquí…
Un líder es una persona que tiene visión. Sabe qué quiere conseguir y sabe cómo hacerlo. Sabe diseñar el camino para llegar al objetivo. Ilusiona los demás, anima a seguir adelante y para ello hace equipo, y lo cohesiona. El líder actúa de acuerdo con lo que cree y tiene credibilidad.
El líder apasiona con lo que hace. Se lo cree. Se entrega.
La pasión es un elemento importante del liderazgo.
Pero la pasión es una competencia de liderazgo que se puede aprender?
Una persona no puede aprender directamente a apasionarse, pero puede desarrollar diferentes aspectos que le ayuden a poder hacerlo.
¿Cómo?
El primer paso es creer en lo que hace.
Todos tenemos la capacidad de crear proyectos y poderlos hacer realidad. Sólo hay que tomar la determinación de hacerlo. Querer es poder.
Con esta expresión no quiero hacer demagogia. Ciertamente uno no puede decidir alcanzar metas que son objetivamente imposibles. Por ejemplo una persona no puede levantarse un día y decidir que quiere ser presidente / a de una multinacional tecnológica si no tiene ni conocimientos ni experiencia en el tema.
Pero cada persona, tiene una experiencia, unos conocimientos y unas ilusiones y esto hace que se pueda plantear alcanzar metas relacionadas con ello.
El líder piensa en grande. Si visiona un proyecto con sentido, y tiene el coraje para hacerlo, la pasión es una consecuencia de este proceso.
Y por eso hay que ser humilde y generoso. Es gestionar el propio ego y poner delante el proyecto y el objetivo.
El freno principal de la pasión es el miedo y la inseguridad:
- El miedo al fracaso. El miedo a ser juzgado por los demás.
- El miedo a no tener éxito.
- El miedo a no tener la aprobación del entorno o de la sociedad.
- Es decir, el miedo a no cubrir las expectativas que los demás tienen sobre uno mismo o que nosotros pensamos que tienen.
La pasión se alimenta y se hace grande cuando más confianza se tiene con uno mismo.
Cuando una persona conecta con su liderazgo, se entrega al hacer. Vive por el proyecto. Trabaja. No piensa en el tiempo que dedica a ello ni en el esfuerzo.
La pasión no permite diferenciar entre horario de trabajo y de vida.
El líder siente pasión y piensa en diferentes momentos del día y de la semana en lo que quiere lograr y en cualquier momento crea ideas para hacerlo posible.
¿Qué sentido tiene la vida sin pasión?
Creo que lo que da verdadero sentido a nuestra vida, es apasionarnos y entregarnos a lo que creemos, en proyectos que nos dan sentido y que contribuyen a hacer una sociedad mejor.
Es pues momento para permitirnos apasionarnos en los proyectos que hacemos, con los que tenemos proyectados, con los que aún no sabemos qué serán pero que tenemos la actitud de ilusionarnos, en los que aún están por venir y por crear.
Y por lo tanto es momento de decir basta a los miedos y las inseguridades, trabajándolas, identificándolas y superándolas.
El líder se apasiona con lo que hace y a todos nos conviene una sociedad donde las personas vivamos con pasión.
Sólo así haremos avanzar una sociedad que demasiadas veces percibimos en color gris.
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.
La pasión no permite diferenciar entre horario de trabajo y de vida.
Pues tenemos un problema porque en la vida debe haber un equilibrio y sino diferenciamos , nuestra salud tampoco lo hará. El estrés , la ansiedad pueden ser primos de esa pasión , malas compañías para el líder.
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