
Tomar decisiones: es liderazgo.
A lo largo de la vida nos encontramos en momentos que sentimos que debemos tomar decisiones importantes.
Pero … ¿por qué nos cuesta tomar decisiones?
¿Por qué hay decisiones que consideramos que son tan difíciles de tomar?
Pasar a la acción a veces nos cuesta. Y nos cuesta porque hacerlo significa comprometernos con “una opción”. Y nos es difícil porque pocas opciones en la vida son claramente de color blanco de color negro.
En los momentos que tomamos decisiones que consideramos importantes porqué nos afectarán a nosotros mismos o porque tienen repercusión en otras personas, nos encontramos con que las diferentes opciones tienen pros y contras. Escogiendo una, estamos rechazando la otra y con la opción rechazada estamos rechazando elementos que nos gustan o que nos hacen sentir bien. Si no fuera así, no nos costaría tanto decidir.
Y decidir, nos hace sentir miedo. Miedo a perder lo que nos gusta. Miedo a perder seguridad, amigos, dinero, entorno social o porque no, incluso a perder reconocimiento social por haber decepcionado a personas que pensamos que nos valoran.
Así pues ¿cómo hacerlo?
Creo que la mejor respuesta es elegir la opción que se alinea más con los propios valores. Está claro que para ello debemos conocer cuáles son nuestros valores y de eso no todo el mundo sabe.
Hay demasiadas personas que confunden los valores que les gustan con los que son verdaderamente propios.
Si quieres conocer más sobre actuar de acuerdo con los valores, pulsa aquí…
También está claro que cuando nuestros “intereses” son importantes, –el económico suele serlo mucho-, aunque también lo es el ego, la mente humana es tramposa y es capaz de permitir convencernos de que lo que hacemos es aquello con lo que firmemente creemos.
Lo más importante es saber que no nos estamos traicionando a nosotros mismos, y que pase lo que pase, con la elección que tomemos debemos podernos responder siempre que “fuimos leales con nostros mismos”.
Después de tomar una decisión nos debemos sentir siempre limpios, leales y fieles con nosotros mismos. Es decir debemos sentirnos verdaderamente íntegros.
Seguramente todos y todas conocemos y recordamos actuaciones de personas que por intereses personales aunque legítimos han renunciado a ser fieles a sus valores y quizás también hemos sido nosotros los que lo hemos hecho en alguna ocasión.
La toma de decisiones complejas, normalmente requiere de tiempo. Tiempo para pensar, tiempo para madurar, tiempo para valorar pros y contras, tiempo para estar preparado para el cambio y sobre todo tiempo para superar los miedos que nos frenan.
En definitiva, para pasar la acción y para decidir necesitamos aprender y atrevernos a superar el miedo y actuar de acuerdo con nuestros valores.
Esto es liderazgo.
En mi blog comparto reflexiones y pensamientos sobre los fundamentos que han de garantizar el buen funcionamiento de las organizaciones, situando en el centro a las personas y poniendo énfasis en la dirección por valores y en el liderazgo de los directivos.
En un momento como el actual, el respeto, la potenciación del talento y el establecimiento de relaciones de confianza son necesarios para el éxito de las empresas.