Saber trabajar en organizaciones horizontales: es liderazgo

Las organizaciones clásicas estructuran jerárquicamente. Esto significa que el organigrama asigna responsabilidades a cada nivel y por lo  tanto a cada persona que ocupa una posición en este organigrama.

Las organizaciones más actuales, las más innovadoras, y las más maduras, se estructuran cada vez más, horizontalmente.

Pero …

¿Cuáles son los factores que permiten tener organizaciones más horizontales y planas?

• El primer factor es partir de la premisa de que el valor más importante de una organización son las personas. Lo hemos dicho en muchas ocasiones, que actualmente las patentes y la tecnología son fáciles de copiar y de generar.
  El verdadero elemento diferencial es disponer de las personas que sean capaces de generar este conocimiento.
• El segundo factor es dar valor al talento de las personas.
  Cada persona tiene unas determinadas capacidades y competencias que deben ser identificadas en el proceso de selección para ocupar un determinado puesto de trabajo.
  Es fundamental dar  valor al talento de cada persona para aprovecharlo al máximo y para retenerlo en la organización.
• Saber que cada miembro de la organización es importante porque cada puesto de la organización es importante.
• La madurez personal de sus directivos. Esto significa que los directivos son capaces de asumir sus responsabilidades, sin que ello implique que se sienten que son superiores a las otras personas.
  En una organización sana, nadie es superior a nadie. Cada uno tiene sus responsabilidades.
• Saber asumir las propias responsabilidades y respetar las responsabilidades de cada miembro de la organización.
  Ciertamente unas personas tienen más responsabilidad que otros, pero cada responsabilidad es importante por sí misma.
• Actuar por valores. Las organizaciones sanas están formadas por personas que actúan de acuerdo con sus valores y los valores de la organización.
  Son organizaciones que se fundamentan en el respeto, en la humildad, en la transparencia y en la sinceridad.
• Disponer de personas que han desarrollado su propio liderazgo y potencian el liderazgo de los demás miembros del equipo.
• Disponer de personas que saben gestionar sus propias inseguridades y asumen claramente sus funciones.

La jerarquía es fundamental en determinados tipos de organización. Por ejemplo en la policía, en el ejército, en grandes y / o determinados tipos de corporaciones. Ahora bien, la jerarquía es una herramienta organizativa en la que se asigna un determinado orden y definición de funciones a cada uno de sus miembros.

Es fundamental no confundir la posición en el organigrama, con la actitud de superioridad o inferioridad de los que desarrollan esta función.

Esta es una confusión propia de las organizaciones más caducas o arcaicas. Y lo es tanto a niveles más altos como más bajos del organigrama.

En algunos casos, una persona omite sus funciones, (normalmente por inseguridad), pasándola al que considera “sus superiores”.

En otros casos, las personas que ocupan (o supuestamente) ocupan un lugar más alto en el organigrama, quieren realizar funciones que corresponden a otras personas.

Uno de los principales problemas de las organizaciones jerárquicas es la falta de conocimiento de cómo cada miembro debe ejercer sus propias funciones.

Las inseguridades de quienes ocupan puestos “más altos” en la estructura a menudo quieren hacer o juzgar el trabajo de los otros miembros del equipo, cuando en realidad omiten hacer la tarea que realmente les corresponde. Y en muchos casos, la omiten porque no la saben hacer.

Es por este motivo que sólo las organizaciones más preparadas saben organizarse en estructuras más horizontales, porque son estas las que saben tratar a las personas de tu a tu, respetando las funciones que a cada uno les son propias.

En muchas ocasiones, trabajando con organizaciones jerárquicas, he dicho que cada pieza del organigrama, es un escondite de las inseguridades. Queda pues sólo que la persona que ocupa cada una de estas piezas, sepa gestionar sus propias inseguridades y entonces ejercer correctamente y con responsabilidad sus funciones.

Como hemos dicho en numerosas ocasiones en este bloc y en distintas sesiones y conferencias la expresión de superioridad es directamente  hem dit en moltes ocasions en aquest bloc i en diferents sessions i conferències, l’expressió de superioritat és directament proporcional al propi sentiment d’inferioritat. És a dir, l’expressió més clara i nítida de les pròpies inseguretats.

Podemos pues concluir, que cuando más avance el siglo XXI veremos como desaparecen las organizaciones con jerarquía vertical, para que cada vez más, el verdadero valor de las organizaciones son y serán las personas.

Cuando más formadas, -técnicamente y personalmente-, estén las personas, menos aceptarán el funcionamiento de una jerarquía vertical del siglo XVIII.

Es pues tiempo por el liderazgo transformacional. Aquel que se fundamenta en la acción por valores, y en la gestión de las inseguridades personales que fomenta la dirección efectiva de las personas y de las organizaciones.