El último perfume. Un sueño roto: The Alchemist atelier

El último perfume. Un sueño roto: The Alchemist Atelier

Me gustan los colores, las texturas, la naturaleza, los sonidos… y los olores. Me es fácil adentrarme en una tienda de lápices de colores y de pinturas o disfrutar del paseo en un hayedo con su paleta cromática, a menudo al aliento de la naturaleza.
Me gustan los tonos cereza en los labios…

Doy valor a los sentidos. Me gusta mirar, observar y ver y así viví mis estudios de biología. La etología (comportamiento animal) fué mi asignatura preferida, la cual marcó mi vida y con ella, mi profesión.

Desde hace años me dedico a las organizaciones y al alineamiento de personas en ellas. He estudiado y profundizado en el desarrollo del liderazgo de los directivos en las organizaciones. Y como etóloga observo también a los directivos y su liderazgo.

Hablo a menudo de liderazgo y he explicado en numerosos cursos y conferencias la importancia de tener directivos con liderazgo al frente de las organizaciones. Son muchos los elementos que hacen de un directivo un líder y lo he dicho y lo vuelvo a decir: no es fácil ser directivo y mucho menos ser un directivo líder. Pero lo que está claro es que la dirección de las organizaciones sin liderazgo tiene altas posibilidades de acabar en fracaso. Y este caso también es de aplicación en la creación de start ups con los correspondientes emprendedores. Este es el principal motivo de su alta mortalidad.

Un líder se sostiene en tres pilares: conocimientos técnicos y de gestión, experiencia personal y desarrollo personal.

Aunque una de las competencias del líder es tener la capacidad de soñar y crear, también lo es saber definir objetivos y diseñar el proceso para alcanzarlos. Sólo tener un sueño o una idea no es suficiente. Es necesario rigor y profesionalidad para alcanzarlo.

Es importante destacar que no aplicar rigor y profesionalidad lleva al fracaso y el fracaso implica pérdidas económicas y pérdidas de ilusiones, decepciones, frustraciones y dolor.

He empezado este relato explicando lo que más me gusta: las personas y los sentidos.

Y así se hizo un día en realidad un sueño. O al menos así lo creí.

Tuve la “suerte” de que una persona muy cercana a mí, empezó a trabajar con mucha ilusión en una start up, que había creado una “máquina que hacía perfumes“. ¡Oh! El sueño de muchos años llegaba a mi casa. Como decía yo, tenia una “nespresso” que me llenaba el alma creando perfumes. The Alchemist Atelier. Noustique. Una start up creada por “profesionales” de la gran empresa Bosch.

Como regalo de Navidad recibí un Scent Creator y un curso de perfumes en París. Sublime.

En los últimos dos años he creado 104 fórmulas de perfumes. Los he disfrutado. Los he personalizado. Los he regalado. He diseño el envoltorio. Les he puesto nombre y dedicatorias. Nos hemos emocionado…

He aprendido sobre olores,  notas de cabeza, de corazón y de fondo. De bases y acordes. De cítricos, de aromas, de flores y de maderas. Incluso en el diseño de mi nueva casa, diseñamos su propio espacio. De hecho, el Scent Creator marcó el tamaño de las estanterías del salón.

Y en paralelo, mientras creaba perfumes, veía cada día la creciente tristeza en los ojos que con ilusión habían optado por esa start up. A pesar de su contención y sus silencios, el dolor que me llegaba era estremecedor.

Estábamos ya ante la crónica  de una muerte anunciada.

The Alchemist Atelier – Noustique:

• Un equipo directivo sin objetivos sólidos.
• Un equipo directivo sin liderazgos.
• Una empresa sin dar valor a la profesionalidad.
• Un equipo directivo sin valores.
  Resultado: dolor, fracaso y caos.

Una vez más el engaño. La sostenibilidad: una mentira. Una más.

Y hoy he creado el último perfume. Un sueño roto.

Me hace feliz saber que el día de Navidad veré que los ojos de mi familiar vuelven a brillar. Esta vez sí, la formación, el conocimiento, los valores y el liderazgo han ganado.

Y… puede que sea durante la Nochevieja, que dos personajes sin formación directiva, sin liderazgo y por lo tanto sin valores, andarán perdidos por las calles de cualquier ciudad y verán las máquinas creadoras de perfume junto a los contenedores, al lado de las cajas de cartón que en su momento  guardaron regalos y…  cristales rotos. Quién sabe si también habrá un espejo roto en mil pedazos…

Entonces,  si miran los pedazos del espejo roto, escucharan la respuesta:  ¡así no!

Pero seguramente mirarán hacia otro lado, esperando de que nunca el espejo les responda.

Quizás   la empresa Bosch les mantendrá empleados para disimular también su fracaso.

Indudablemente  cada día su conciencia les responderá. No lo dirán. Pero apagaran la luz para dormir y ellos lo sabrán.  Para ellos siempre será su último perfume porqué ya no podrán oler nunca más el verdadero olor, el limpio y honesto, el de las personas, de los trabajadores y de los clientes.
Ellos son el sueño roto. Directivos sin liderazgo.