¿Cómo incide la fuerza interior en el liderazgo?

A menudo situamos el liderazgo en un plano mental.

Yo soy la primera que digo que es el liderazgo efectivo (lo que para mí es el liderazgo transformacional, también llamado liderazgo por valores o liderazgo ético), se consigue con la suma de conocimientos técnicos, experiencia (pasándola al consciente y poniéndola en valor) y el desarrollo personal.

Esta “fórmula” es efectiva. Sin duda. No está exenta de dificultad y para hacer que sea efectiva en la mayoría de ocasiones requiere de mucho esfuerzo y de un alto grado de humildad para reconocer lo que nos falta por aprender y por desarrollar.

Pero de este tema hemos hablado ampliamente.

Hoy quiero hacer referencia a la fuerza interna de las personas. Algunas personas tienen mucha. Otros tienen menos. Así es. Esta fuerza interna toca de cerca con la fuerza de voluntad.

Hay quien, frente a las dificultades, crece. Hay quien, frente a las dificultades, huye.

Hay personas que están dispuestas a mirar de cara a las dificultades y otras las tapan con excusas.

De hecho, la capacidad de las personas para engañarnos a nosotros mismos es muy alta.

Ya lo he hablado en este blog en otras entradas: todos debemos tener el coraje de reconocer nuestras fortalezas y nuestras debilidades. No es fácil para nadie, pero es necesario hacerlo.

Las personas que saben encontrar excusas infinitas para no afrontar directamente la realidad, son personas que deben tener poca fuerza interna, o simplemente tienen miedo, porque les duele, les duele ver la realidad y enfrentarse a ella.

Una vez más, el miedo. Una vez más, las inseguridades personales.

A nadie le es fácil enfrentarse a las situaciones complejas porque a menudo requieren sacar fuerza de donde te parece que no tienes.

No podemos engañarnos: hay que reconocer la fuerza interna y eso significa ser valiente.

Cuando se dice que no se tiene suficiente fuerza interna o suficiente fuerza de voluntad es sinónimo de decir: soy cobarde

En la vida, el coraje es una de las herramientas más efectivas. Y significa: ¡SI! Me enfrento a la dificultad por difícil que sea.

De hecho, hay un principio que enseñen en la primera clase de coaching:

“Todas las personas somos por naturaleza, completas, creativas y llenas de recursos”.

El único elemento que lo impide es el miedo y la pereza es una expresión de nuestro miedo y de nuestras inseguridades.

Foto: sumi. Autora Núria Aymerich